María del Pino Orihuela: Liderazgo comprometido desde la sostenibilidad hotelera

El camino de María del Pino Orihuela Millares hacia la dirección del Hotel Abora Catarina by Lopesan ha sido un reflejo del propio recorrido del turismo en San Bartolomé de Tirajana: evolución constante, adaptación al cambio y una creciente conciencia por el impacto que genera el sector. Con más de tres décadas de experiencia en el ámbito hotelero, su trayectoria ha sido testigo directo de cómo la sostenibilidad ha pasado de ser una opción a una necesidad estratégica ineludible.

“La sostenibilidad no solo es parte del modelo, es parte del destino”, afirma María. Desde su posición como directora del Abora Catarina y embajadora empresarial de Soy Canary Green, impulsa una visión que entrelaza la diversión —elemento clave del concepto Abora— con el respeto al entorno. Un equilibrio que no siempre es sencillo, especialmente en formatos de todo incluido, pero que ha demostrado ser posible a través del compromiso, la coherencia y la implicación de todos los actores.

De la filosofía a la operativa diaria

Para María, la sostenibilidad se traduce en decisiones diarias tan concretas como eliminar plásticos, apostar por envases sostenibles o implementar sistemas de aprovechamiento alimentario. Desde la gestión de residuos hasta el uso de productos a granel o dispensadores en las habitaciones, cada pequeño gesto suma en una estrategia de mayor calado.

Pero el verdadero motor de cambio —insiste— está en las personas. En la formación del equipo, en la implicación de los proveedores y, sobre todo, en la educación al huésped. “Hay que convencer, no imponer. Mostrar resultados y generar conciencia”, explica. Por eso, el trabajo de sensibilización interna es uno de los pilares que distingue al Abora Catarina como un hotel sostenible más allá de las certificaciones.

Rentabilidad y sostenibilidad: una alianza posible

Desde el grupo Lopesan, María ha vivido la integración de la sostenibilidad no como una carga, sino como una oportunidad. “La sociedad lo demanda y el planeta lo necesita”, afirma con contundencia. Uno de los ejemplos más reveladores es la finca de Veneguera, propiedad del grupo, que abastece con productos de kilómetro cero a todos los hoteles de la cadena, reforzando el valor del producto local y reduciendo la huella logística.

Este tipo de acciones, además de tener un impacto medioambiental positivo, se convierten en un elemento diferenciador para un perfil de viajero cada vez más consciente y exigente. “No se puede postergar más la implantación de medidas sostenibles en el modelo turístico de las islas”, advierte.

Agentes de cambio desde el territorio

Como embajadora de Soy Canary Green, María defiende que los alojamientos turísticos tienen un papel esencial en la transformación de los destinos. No solo por su peso económico, sino por su capacidad de influencia y de inspiración. “Sin su involucración y apoyo sería muy difícil conseguir este objetivo común”, sostiene.

La insularidad, lejos de ser una barrera, es vista por María como una oportunidad única para desarrollar modelos regenerativos. Su participación en el proyecto responde a un compromiso profundo con el desarrollo sostenible de San Bartolomé de Tirajana, uno de los motores turísticos de Gran Canaria.

“Poder aportar mi experiencia de más de 30 años al desarrollo sostenible de mi municipio me motiva y mucho”, asegura. Y lo hace convencida de que el lujo del futuro está en preservar lo auténtico: la belleza natural, las tradiciones, la gastronomía y el folclore.

Verde es nuestro camino

Mirando al futuro, María imagina un turismo más equilibrado, donde residentes, municipios y visitantes colaboren en la conservación del entorno. Un destino que inspire por sus logros en sostenibilidad, no solo por su clima o sus playas. “Me entusiasma aportar mi granito de arena por mi tierra”, confiesa.

Y cuando se le pide resumir su filosofía en una sola frase que conecte con el lema de Soy Canary Green, no duda:

“Trabajemos por un futuro sostenible que cuide nuestro entorno.”