En la figura de José B. Díaz confluyen dos fuerzas poderosas: la pasión por el mar y el compromiso genuino con su conservación. Con décadas de experiencia a bordo y una visión clara del turismo que quiere para su tierra, hoy se convierte en embajador de Soy Canary Green, representando no solo una empresa, sino una forma de entender el territorio, el turismo y el futuro de las Islas Canarias.
Tías, Lanzarote – En un rincón soleado de Playa Pocillos, justo en la avenida de Las Playas en Puerto del Carmen, se esconde uno de los secretos mejor guardados del turismo responsable en Lanzarote: la heladería Helathlon. Detrás del mostrador no solo hay cremas y sorbetes artesanales, sino también una filosofía que ha convertido a su fundador, Pedro Montelongo Pérez, en un referente local de sostenibilidad. Hoy, Pedro no solo sirve helado: es embajador empresarial del proyecto Soy Canary Green, el movimiento que impulsa un futuro más verde para las Islas Canarias.
Katahisa, natural de Tenerife, creció ligada al océano desde pequeña. Su padre y su abuelo le transmitieron el respeto y el amor por el mar, enseñándole a conocer cada rincón de la isla y a valorar la biodiversidad que la rodea. Desde entonces, el mar no ha sido solo un espacio de disfrute, sino un camino de aprendizaje y de vida.
Licenciada en Náutica, Piloto y Patrón de Altura de la Marina Mercante, además de Guía de Cetáceos acreditada por el Gobierno de Canarias, ha convertido su vocación en un proyecto empresarial: Picarus Sailing Club. Allí lidera con pasión, con la convicción de que cada travesía es una oportunidad para transmitir respeto y cuidado hacia los animales marinos y su entorno.
En Tías, el futuro se cultiva desde el vínculo humano. Aquí, la sostenibilidad no solo se mide por el impacto ambiental, sino por la capacidad de cuidar a quienes más lo necesitan. Es en este contexto donde surge la historia de Fares El Mahi Charrik, trabajador social, hijo de inmigrantes y fundador de la Asociación Talante Social. Su compromiso es un ejemplo de cómo la transformación social puede ser el motor de una sostenibilidad real y profunda.
Raquel Núñez forma parte del proyecto Soy Canary Green como embajadora de Guía de Isora, un municipio donde la producción local y el respeto por el entorno siguen muy vivos. Su vínculo con Quesos Isorano refleja el valor de las pequeñas iniciativas que apuestan por la sostenibilidad desde la práctica diaria, sin perder de vista la tradición ni el futuro del territorio.
El Flipper Uno no es solo una embarcación turística, es el reflejo de un sueño personal hecho realidad que ha evolucionado hasta convertirse en un modelo de turismo responsable en Canarias. Construido artesanalmente en Alcalá durante 18 meses, este barco surca desde 1996 las aguas protegidas de la Franja Marina Teno-Rasca, un enclave privilegiado por su biodiversidad. Su compromiso con el entorno se manifiesta en cada detalle: forman parte de la Carta de Sostenibilidad de Turismo de Tenerife, tienen bandera Azul, y todas sus excursiones incluyen un componente educativo sobre la protección de los cetáceos y el ecosistema marino.
Más allá del mar, Flipper Uno también actúa en tierra firme fomentando el consumo local, la educación ambiental y la reducción de residuos. Su equipo colabora activamente con colegios, universidades y organizaciones, compartiendo el mensaje de que “verde es el único camino posible”. Como embajadores del proyecto Canary Green, lideran con el ejemplo, enfrentando desafíos como el intrusismo de embarcaciones ilegales y promoviendo limpiezas del océano. Su labor no solo deja huella en quienes los visitan, sino que también contribuye a consolidar un nuevo modelo turístico para las islas: más consciente, justo y regenerativo.
Borja Suaza no llegó al mundo de la sostenibilidad por casualidad, sino como resultado de una transformación profunda que cambió su forma de entender el turismo. Desde su rol como gerente de Myndhotels y embajador climático de la Comisión Europea, lidera una nueva generación de hotelería donde el impacto positivo es el verdadero indicador del éxito. Con una mirada regenerativa, apuesta por devolver más de lo que se toma del entorno, integrando en la operativa diaria la contratación local, el compromiso ambiental y la creación de valor compartido. En Myndhotels, este enfoque cobra vida con el modelo transversal WE CARE, que pone el propósito en el centro de cada decisión.
Como embajador del proyecto Soy Canary Green, Borja representa la visión de un turismo que cuida mientras crece. Defiende que Canarias puede y debe posicionarse como un laboratorio global de turismo regenerativo, gracias a su diversidad, su escala humana y su capacidad de colaboración. “No queremos turistas, queremos aliados temporales del destino”, afirma. Desde la red de embajadores y plataformas internacionales como Island Innovation, impulsa una transformación donde liderar significa colaborar, formar y demostrar con resultados que la sostenibilidad no es un coste, sino un modelo inteligente, resiliente y profundamente humano.
Alexandre Vera Guerra, geógrafo y guía ambiental en La Oliva, representa una figura pionera en Canarias al ejercer la educación ambiental fuera del aula, directamente en los espacios naturales. Su labor consiste en acompañar a residentes y visitantes para sensibilizar sobre la fragilidad del entorno, actuando como un "cartel andante" que informa, corrige y promueve buenas prácticas. En una isla como Fuerteventura, marcada por un crecimiento turístico acelerado, su trabajo cobra aún más relevancia: “Los recursos no son ilimitados y el territorio tiene un límite que ya estamos tocando”, advierte.
A pesar de los desafíos, Alexandre percibe un cambio de mentalidad, sobre todo entre los más jóvenes, y confía en que los pequeños gestos sostenibles ya están calando. Para él, la sostenibilidad no es una opción, sino un deber compartido. Como testigo directo del deterioro ambiental en las últimas décadas, insiste en que no hay espacio para la duda: “No tenemos alternativa. Hay que caminar hacia la sostenibilidad porque afecta directamente a cómo vivimos y al territorio que habitamos”. Su compromiso, profundamente arraigado en la experiencia personal y profesional, refleja la esencia del proyecto Soy Canary Green: conectar con el territorio desde la conciencia y la acción.
Hannelore von der Twer representa uno de los ejemplos más sólidos de compromiso individual con el desarrollo turístico sostenible en Canarias. Su trayectoria profesional y vital es reflejo de una visión adelantada a su tiempo, en la que la sostenibilidad, la educación ambiental y la valorización del territorio se han convertido en ejes fundamentales de su trabajo y legado.
El camino de María del Pino Orihuela Millares hacia la dirección del Hotel Abora Catarina by Lopesan ha sido un reflejo del propio recorrido del turismo en San Bartolomé de Tirajana: evolución constante, adaptación al cambio y una creciente conciencia por el impacto que genera el sector. Con más de tres décadas de experiencia en el ámbito hotelero, su trayectoria ha sido testigo directo de cómo la sostenibilidad ha pasado de ser una opción a una necesidad estratégica ineludible.
María Julia González, al frente de Agrofauna González en San Miguel de Abona, es un referente del pequeño comercio rural y una firme defensora del producto local. Como embajadora de Soy Canary Green, promueve un modelo de consumo responsable basado en la cercanía, el asesoramiento técnico y el impulso a la economía circular.
Su compromiso con la sostenibilidad se refleja en cada decisión diaria: apoyar a productores locales, ofrecer productos de kilómetro cero y educar a sus clientes sobre prácticas más conscientes. “Solo me siento orgullosa cuando el cliente se va contento y repite”, afirma. Su labor demuestra que el comercio local es clave para un futuro más equilibrado y sostenible en Canarias.
Alfredo de la Moneda es biólogo marino, pero su impacto va más allá de la ciencia. Desde la asociación Innoceana, impulsa una visión transformadora de la conservación del océano, uniendo investigación, educación ambiental y activismo territorial. “Solo se protege lo que se conoce y se valora”, afirma Alfredo, que desde Guía de Isora participa activamente en proyectos de restauración marina y ciencia ciudadana.
Su enfoque conecta de lleno con los valores de Soy Canary Green: sostenibilidad real, vivida en lo cotidiano. Para Alfredo, eso significa elegir turismo responsable, reducir el impacto personal, participar en limpiezas de playas y, sobre todo, educar desde la experiencia. “No se trata de convencer, sino de inspirar”, explica. Su visión pone el acento en un turismo regenerativo, en el que el visitante también contribuye a mejorar el entorno.
Como embajador de Soy Canary Green, Alfredo representa un liderazgo comprometido y cercano. Conecta ciencia, ciudadanía y acción en un mensaje claro: el futuro de Canarias pasa por un equilibrio entre comunidad, naturaleza y turismo.
Desde su tienda en Alcalá (Guía de Isora), Modas Rosi lleva más de 30 años siendo parte de la vida del barrio. Hoy, también es un referente local en sostenibilidad gracias a gestos cotidianos como eliminar papel de regalo, usar bolsas reutilizables o reciclar de forma activa.
Su fundadora, Rosi, lo tiene claro: “La sostenibilidad empieza por casa, por los pequeños gestos que suman”. Por su compromiso constante con el entorno y su comunidad, Modas Rosi es embajadora del proyecto Soy Canary Green.
Cristo León, joven luchador de lucha canaria y estudiante de turismo, representa una nueva generación comprometida con sus raíces y con el futuro del territorio. Para él, el respeto —al deporte, al entorno y a la cultura— es el hilo que une todo.
Aplica hábitos sostenibles tanto en su vida personal como en su entorno deportivo, demostrando que la sostenibilidad también es social y cultural. Por su compromiso ejemplar, Cristo es embajador del proyecto Soy Canary Green, dando voz a un turismo más consciente y conectado con Canarias.
Desde hace más de seis décadas, el Hotel Tigaiga en Puerto de la Cruz demuestra que otro turismo es posible. La familia Talg ha liderado un modelo de gestión responsable que va desde la instalación de placas solares en 1982 hasta la aplicación diaria de prácticas sostenibles en energía, agua y cultura local.
Este hotel se ha convertido en un referente del turismo regenerativo en Canarias y en uno de los embajadores más inspiradores de Canary Green.