Qué beneficios económicos obtienen las empresas que apuestan por la sostenibilidad turística

Más que una tendencia, la sostenibilidad se está convirtiendo en la principal palanca de rentabilidad y diferenciación empresarial en Canarias.

El turismo está cambiando y con él, también deben cambiar las empresas que forman parte de su ecosistema. En un mundo donde los viajeros buscan cada vez más experiencias auténticas, responsables y conscientes, la sostenibilidad deja de ser una opción estética para convertirse en una poderosa herramienta de transformación económica. Pero la gran pregunta sigue sobre la mesa: ¿cómo se traduce esta apuesta en beneficios concretos para las empresas?

En el contexto del proyecto Soy Canary Green, que impulsa la AMTC junto con sus 14 municipios asociados, la sostenibilidad turística no es un ideal, sino una estrategia estructural. Y en ella, las empresas juegan un papel decisivo. Desde alojamientos y restaurantes, hasta comercios locales, operadores de transporte y proveedores tecnológicos: todas las piezas del puzzle turístico pueden y deben alinearse con un modelo que priorice el equilibrio entre rentabilidad, respeto al entorno y bienestar colectivo.

Uno de los principales beneficios económicos que se identifican al adoptar prácticas sostenibles es la reducción de costes operativos. Las empresas que apuestan por la eficiencia energética, la optimización del consumo de agua o la gestión inteligente de residuos no solo mejoran su huella ambiental, sino que también recortan gastos estructurales a medio plazo. Lo que antes se percibía como un coste de implementación, hoy se entiende como una inversión que permite ahorrar desde el primer momento.

Por ejemplo, integrar iluminación LED, paneles solares o sistemas de climatización inteligente ya no es exclusivo de grandes cadenas hoteleras. En el marco de Soy Canary Green, estas soluciones se promueven activamente entre las pymes y microempresas locales, que además pueden beneficiarse de subvenciones europeas, incentivos fiscales o líneas de financiación específicas orientadas a la transformación sostenible.

Otro impacto económico positivo está vinculado al posicionamiento de marca. Las empresas sostenibles generan más confianza, gozan de mayor reputación y fidelizan mejor a sus clientes. En un entorno tan competitivo como el turístico, destacar por compromiso ético y responsabilidad ambiental es un argumento de peso frente a los consumidores, especialmente aquellos de mercados internacionales que priorizan destinos comprometidos con el planeta. 

Además, muchas de estas empresas logran aumentar el valor percibido de sus productos o servicios. Un alojamiento que ofrece una experiencia ecológica, con productos de cercanía, diseño bioclimático y actividades sostenibles, puede justificar tarifas más altas. Lo mismo ocurre con restaurantes que trabajan con proveedores locales, o comercios que reducen envases y promueven artesanía auténtica. En estos casos, la sostenibilidad no es un extra, sino parte integral del modelo de negocio y de su narrativa diferenciadora.

A nivel estratégico, otro beneficio clave es el acceso a nuevas oportunidades de colaboración e innovación. Estar alineado con los valores de sostenibilidad facilita las alianzas público-privadas, la participación en proyectos piloto, la integración en plataformas de turismo inteligente o la obtención de certificaciones como el distintivo #soyCanaryGreen, impulsado por esta iniciativa. Las certificaciones no solo validan el compromiso de la empresa, sino que además la posicionan mejor en buscadores turísticos, canales de distribución y plataformas de reserva, atrayendo a un tipo de cliente con mayor poder adquisitivo y sensibilidad ambiental.

La sostenibilidad también actúa como imán para el talento joven y cualificado, cada vez más atraído por empresas que tienen un propósito claro. La rotación baja, el orgullo de pertenencia y el compromiso del equipo son también beneficios que impactan directamente en la cuenta de resultados. Una empresa coherente en su propósito suele ser una empresa más estable y resiliente frente a las crisis.

Desde el proyecto Soy Canary Green, el acompañamiento a las empresas se articula en varias fases: desde la formación inicial y el mapeo de prácticas sostenibles, hasta campañas de visibilidad, generación de comunidad y acceso a herramientas digitales que permiten medir el impacto y comunicarlo de forma clara. A lo largo de 2025 y 2026, esta red empresarial crecerá con acciones específicas como newsletters, microformaciones, webinars, encuentros territoriales y una plataforma digital que funcionará como escaparate de buenas prácticas.

En definitiva, apostar por la sostenibilidad turística no solo es lo correcto. Es también, cada vez más, lo rentable. Las empresas que lo entienden están mejor posicionadas para competir, atraer inversión, crecer con coherencia y formar parte activa del futuro que Canarias necesita. Porque en este nuevo escenario, ser sostenible no te hace diferente. Lo que te hace diferente es no serlo.